¿Ya
leíste todos esos libros? Esa es la pregunta frecuente cuando alguien visita la
biblioteca personal de un amigo que no sea un famoso escritor o investigador sino
un simple profesor y observa que este tiene más de tres mil libros. La respuesta es
por supuesto que no, que muchos de esos libros están en la biblioteca para ser leídos
posteriormente, son como los buenos vinos, se dejan añejar y después se degustan mejor.
Pero
eso no pasa con la información de Internet y de las redes sociales cuyas
principales cualidades son la novedad y la inmediatez. Ya que provoca que
los consumidores de información piensen que si no están enterados de lo último
que se haya publicado en Twitter o en Facebook están pasados de moda, viven con la angustia por saber si hay algo nuevo o si ya comentaron o al menos alguien dió like a su publicación.
Y
si esto pasa con los adultos, mucho más se evidencia con los jóvenes.
Algunos de los cuales no pueden dejar de ver su Smartphone más allá de tres
minutos. Además, los avances
tecnológicos son a tal grado veloces, que un muchacho que tiene un Smartphone
de dos años de antigüedad, se siente igualmente anticuado.
Para esta fenomenología se han creado los conceptos de: sociedad de la
información y sociedad del conocimiento, ya que son muy útiles para tratar de
entender la problemática que estamos viviendo actualmente. Basta observar lo
que sucede ahora cuando solicitamos que nuestros alumnos investiguen sobre un
tema, solo van a Internet y en cuestión de minutos encuentran decenas o cientos
de ligas sobre la investigación solicitada. ¿Pero eso es suficiente?, ¿Se está
obteniendo conocimiento?
Evidentemente
que no, los alumnos solo han escrito links y direcciones de Internet, quizá
hayan leído algunos párrafos pero en realidad han cortado y pegado. Es decir, a
diferencia de los libros, que requieren ser leídos para obtener información y
conocimiento, la Internet solo está siendo utilizada como recurso para obtener información que
difícilmente se puede verbalizar y por lo tanto transformar en conocimiento.
Recuperamos
ahora los conceptos de esta unidad: sobrecarga informativa, infoxicación e
infobesidad que nos permiten describir lo que sucede con nuestros alumnos o
incluso con los mismos profesores ante tanta información. Ante este problema, ¿qué he hecho en mis clases con alumnos de bachillerato? y en general, ¿qué hacer?
Trabajo
con estudiantes de bachillerato y he preparado material didáctico escrito que
tiene como finalidad ayudar a los
estudiantes para volverse autónomos e independientes. Estos materiales tienen
siempre cuatro etapas:
- Establecer los objetivos personales
- Seleccionar el camino para alcanzar
los objetivos
- Supervisar el proceso
- Evaluar los resultados
Entre
los materiales que tienen que ver con este tema están:
- ¿Sabes cómo estudiar?
- ¿Sabes cómo utilizar la biblioteca y
la Internet?
Hasta
el momento los resultados han sido pobres, los jóvenes piensan que no es
necesario enseñarles a consultar materiales en la biblioteca y mucho menos en
Internet, pero el trabajo que nos toca como profesores es convencerlos de que
si no tienen filtros para elegir, el resultado será una acumulación de textos
sin ningún criterio de clasificación y de calidad.
Así
que he decidido utilizar los siguientes recursos con la finalidad de enseñar a
mis estudiantes a filtrar información y que logren tener y desarrollar la
capacidad de elegir cualitativamente la información que utilicen:
Finalmente, aquí les dejo algunas referencias con una breve descripción del por qué son importantes para consultar.
Hasta la próxima.
REFERENCIAS.
ALFONSO PÉREZ MORALES
COLEGIO DE BACHILLERES, MÉXICO
ENERO DE 2014